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AYUNO TERAPÉUTICO

AYUNO TERAPÉUTICO

Los estudios científicos han echado por tierra muchos mitos de la alimentación de hoy en día, como que es necesario comer 5 veces al día para no tener hambre y no ralentizar el metabolismo. Hoy en día sabemos que cuantas más veces comes, más tendencia a generar picos de glucemia e insulina vas a tener, y por lo tanto, más hipoglucemias reactivas (con su consecuente efecto en la bajada de concentración, irritabilidad, somnolencia, y nuevamente ganas de volver a comer) además del efecto de la hiperinsulinemia en sangre . Los niveles de insulina elevados en sangre están relacionados con enfermedad cardiovascular a largo plazo, diabetes, hipertensión, dislipemia. Es decir, con la principal causa de mortalidad a nivel mundial.

Dejar espacios alargados entre una comida y otra ayuda a bajar la insulina, a detoxificar el organismo, a activar el CMM (complejo motor migratorio), a activar enzimas digestivas, a mejorar la microbiota intestinal, etc. Y si prolongamos la ventana de no alimentación que realizamos de forma natural mientras dormimos (adelantando la cena y posponiendo el desayuno) empezarán a activarse rutas metabólicas relacionadas con la quema de grasas y flexibilidad metabólica, la mejora de la composición corporal, la autofagia y la longevidad, temas tan relevantes para los que buscan llegar hasta el último día de su vida con la mejor versión de uno mismo. 



¿Y como se hace eso? A través del ayuno terapéutico. Este disminuye la inflamación de bajo grado, esa inflamación silente, que hay detrás de la mayoría de las enfermedades crónicas. Al hacer períodos de ayuno, podemos disminuir los niveles de azúcar en sangre y por lo tanto, de insulina. Mejora la flexibilidad metabólica activando la lipólisis : es decir, el organismo empieza a consumir ácidos grasos para generar su nueva fuente de combustible: los CUERPOS CETÓNICOS: energía mucho más estable y rentable que la glucosa!

Y a partir de 14-16 horas aprox, se activa la Autofagia: es el proceso de reciclaje  más increíble que tiene nuestro organismo para reutilizar los elementos de desecho y transformarlos en energía. Es un ¡¡2×1!!. Es incluso capaz de degradar la proteína amiloidea que es responsable de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. No es increíble? 



Por si acaso te parece poco, también crea un descanso intestinal necesario y recuperación de la microbiota intestinal: el organismo emplea más del 30% de su energía en hacer la digestión. Imagina lo que es capaz de hacer nuestro organismo cuando puede emplear esa energía en otras cosas cómo reparar daño celular, renovación del ADN (hablamos incluso de los telómeros!), reequilibrio de la microbiota. 

Cuando el cuerpo no tiene que asimilar, aprovecha para excretar. Por eso la lengua se puede poner amarillenta. Es un proceso natural y beneficioso. Y por otro lado, al no meter alimento en nuestro intestino, también favorece limpieza de cepas bacterianas, fúngicas o incluso parásitos patógenas que han sobrecrecido en nuestros intestinos a lo largo de los meses o incluso años, por la mala alimentación o por los tóxicos con los que estamos en contacto de forma rutinaria. De hecho, se ha visto que favorece la disminución de una cepa microbiana relacionada con el cáncer (fusobacterium) y el aumento de una cepa protectora relacionada con la reducción de la ganancia de peso y con el metabolismo glucídico (akkermansia).

 

Resumiendo, durante el ayuno se ponen en marcha procesos metabólicos que favorecen la eliminación de productos de desecho, como la autofagia, que favorece la eliminación de residuos celulares o proteínas dañadas. Y también favorece la eliminación de tóxicos y productos químicos acumulados intra o extracelularmente, quedando retenidos en la matriz extracelular, lo que suele. provocar retención de líquidos para disminuir la carga tóxica. 

¿Por qué no empezar a aplicarlo en tu vida?





2022-11-24T11:53:47+00:00